lunes, 7 de febrero de 2011

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“La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original."

Eduardo Colazo es maestro (Sensei) y practicante de Aikido, defensa personal con sistema propio, se formo con distintos maestros del país y del extranjero en diferentes artes marciales, tomo clases y seminarios.

Es docente y terapeuta de Shiatsu, formado también con varios maestros del país y del extranjero en diferentes métodos terapéuticos orientales como Acupuntura, Moxa, Ventosas, Shiatsu y otros, nacido en Rosario, Argentina.

Practica y enseña Aikido con un sistema mas abierto y orientado a la defensa personal, dicta clases como docente del Gimnasio de la Universidad Nacional de Rosario, en otros institutos y gimnasios, además esta preparado para dar clases abiertas, talleres y seminarios a otras artes marciales, su sistema le permitió trabajar en la capacitación de la Guardia Urbana Municipal.

En su labor como terapeuta tiene como base el Shiatsu aplicado con metodología propia, amplios conocimientos en varias corrientes de la medicina Alternativa o Complementaria, y diferentes formas de manipulación corporal, es docente en institutos de Rosario y del interior del país y del extranjero dando cursos, talleres y seminarios, fue cofundador del Ciata (Circulo Argentino de Terapias Alternativas) y trabajo en distintos consultorios, brinda asesoramiento a Centros de enseñanza privada, a Institutos, y también en forma individual o grupos que lo soliciten.

Actualmente reside en Rosario donde trabaja y desarrolla la labor de docente e investigador en áreas del movimiento corporal, cuerpo y funcionalidad, defensa personal y diversos sistemas de terapias naturales

Un poco de historia del inicio (año 1967)

El motivo de su acercamiento a estas dos disciplinas fue cuando en la búsqueda de una actividad física o un arte marcial se encuentra con el Karate Koreano (estilo Song mung Kwan) hoy llamado Tae Kwon Do, el instructor Young Whang Kim, no hablaba castellano y los practicantes eran apenas 10 o 12, cuando alguien no tenia podía practicar por alguna molestia en particular, dolor de cabeza, de muelas, contracturas, le indicaban por señas (no hablaba castellano) al maestro que ese día no podían hacer la clase por la molestia, el miraba y luego tocaba algunos puntos y con sorpresa para el resto del grupo, el dolor desaparecía, de verlo hacer esto en varias oportunidades despierta su interés en la aplicación de lo que mas adelante sabría que era la digitopresión sobre puntos de acupuntura, con el tiempo consigue que el maestro le de algunos dibujos con indicaciones sobre algunas molestias menores, con el correr del tiempo fueron aparecieron algunos libros que en esos años no había y hoy, aunque la experiencia de tantos años de trabajo interdisciplinario puso a su alcance mucho conocimiento, continua siendo un principiante ávido de mas aprendizaje de las terapias complementarias o alternativas y de la defensa personal.